Thursday, July 15, 2021

LOS CORTICOIDES

    Algunos días me levanto hinchada de la cara. Otros días "sólo" son las manos y rodillas. En general cuando hago yoga siento la zona de la barriga y espalda como un globo demasiado inflado que está a punto de estallar al mínimo contacto. No duele. Es incómodo. Siento como que alquilé una porción de mi cuerpo para una causa cuyos efectos y propósito aún no acabo de entender.

    Las enfermeras me explicaron que en esta fase de mi quimioterapia cada lunes me inyectan, junto con la medicina, una bolsa de antihistamínicos y otra de cortisona. Por momentos me sigue horrorizando la idea de medicarme de una forma tan contundente y sistemática. Pero en general me he rendido ante lo inevitable y trabajo la aceptación del tratamiento. 

    Nuria, la profe de yoga oncológico, nos recuerda constantemente de guiar al cuerpo para que acepte los medicamentos. Estoy trabajando mi aprensión ante la medicina sintética cada día. Todos los que me conocen saben que lo que estoy viviendo ahora mismo es literalmente mi peor pesadilla hecha realidad. Siempre acudí como primera opción a la herboristería, a la acupuntura, a la medicina natural. Ahora he de enfrentarme a mis prejuicios a diario. 

    La vida me invita a superar el rechazo profundo que siempre sentí ante los medicamentos de síntesis química. La vida es muy generosa. Me da muchas oportunidades para aprender justo las lecciones que me tocan. Me fuerza a escuchar. A perder el control. A bajar la cabeza. 

     ¿Hubiera deseado enfrentar mi cáncer con tratamientos alternativos? ¡Si! Pero la posibilidad muy real de que el cáncer se siguiera expandiendo por todo mi cuerpo mientras yo buscaba otras opciones recorto ese recorrido. Tuve que aceptar la solución de quimioterápica y masectomía sin reservas, sin resentimientos, sin escepticismos.  

      El cáncer es un renacer. Confío. Agradezco. Sé que sobreviviré. Mi cuerpo será aún más fuerte gracias a las huellas que le dejará este año de tratamientos. Este cuerpo que ya siento como un nuevo ámbito. Un cuerpo con sensaciones y formas distintas. Lo descubriré. Lo aprenderé. ¡Seguirá siendo mi fiel aliado porque habremos vivido esta prueba juntos!

Wednesday, July 14, 2021

This is one of my patterns in life:

I move to a new city, I build a life, make friends, fix up my apartment and when everything is fully set up I move away. I did this twice in Cologne, once in Washington D.C. and in New York, once in Miami, also a couple of times in Madrid and countless more within Barcelona.

I always figured it makes sense that I've moved so much as I'm continuing a moving streak from my early childhood when my mom and I moved  once a year on averageto stay with family, friends, my grandparents and eventually with her new husband. After this last move she stayed put and I was sent off to embark on a new moving streak on my own. 

It's like somehow I'm running away from finding out how things would turn out.  It seemed easier to not get to find out whether I could get a raise, if my boyfriend would stay true or if my friends would show when I needed them. It was easier to have the excuse of having just arrived than to face up to being alone on my birthday or not being in the right job or relationship.  

I'm feeling anxious now that I'm almost done decorating the apartment I bought almost five years ago. I feel afraid that my pattern of abandoning the site of my life will continue despite my not being an aware and active part of continuing on this path.

I'm working on enjoying my space as I'm in it. I'm working on breaking the pattern by recognizing and writing about this fear. My wish is to stay. But I don't wish to become overattached to a place. What a difficult balance. It's not a lesson to be learned on a given day. It's a lesson I hope to learn as things come my way.