Albasari
Saturday, July 9, 2022
Pero, ¿con 5 años TODAVÍA no te nada?
Sunday, April 17, 2022
TAL VEZ DEBERÍAS ...
Thursday, March 24, 2022
LA CARTA DE MI PADRE
Digo carta pero realmente fue un e-mail que recibí de mi padre ayer. Antes nos escribíamos cartas cada cuatro a cinco años. O más bien cada diez. Ahora llevamos el mismo ritmo con el e-mail.
La última vez que vi a mi padre me pidió disculpas por no haber sido el padre que me merecía. Nos tomamos un café en una crepería en el estrato alto de Bogotá. Recuerdo una calle decorada con árboles y mucho verde. Junto a una iglesia. Era domingo y la gente entraba o salía de misa. Habían pasado décadas sin vernos.
En su momento recibí sus palabras como una reafirmación de mi sentimiento de rechazo y abandono. Durante toda mi infancia los niños que tenían padre despertaban en mí una envidia y añoranza que me llenaba de rabia y resentimiento. Es el mismo sentimiento que a veces despierta en mí la gente que tiene casa con jardín o terraza.
En cada ciudad que viví, sea Miami, Washington D.C., Colonia, New York, Beijing, Madrid o Barcelona, respondí siempre lo mismo si alguien preguntaba por mi padre: "No tengo. Bueno, tengo pero nunca se interesó por mí y le he perdido la pista." Su falta de interés creó en mí un vacío que llené con "relaciones rescate." Es así como el perfil de todas mis parejas hasta ahora ha sido el mismo: hombres que padecían de alcoholismo, o de su falta de sentido práctico por la vida material, o de su caos interior, etc. Buscaba en cada uno de ellos a ese padre ausente.
Y como no podía ser de otra manera encontré en el padre de mi hija una versión de mi propio padre. Igual que mis padres, nunca tuvimos una relación como para plantearnos formar una familia. Nuestra hija Alexandra nos vino porque le tocaba nacer y le tocábamos como padres.
Y al igual que mi padre, el padre de mi hija no aporta para la manutención de mi nena. Igual que mi padre, al padre de mi nena le cuesta encontrar su rumbo y su forma de "ganarse la vida". Es una frase que me horroriza por una parte, ya que todos somos merecedores de "la vida" sin tener que "ganárnosla". Pero por otra parte el mundo es material y se requiere el ganar dinero para poder vivir. La vida terrenal es así.
El lenguaje del amor es amplio. Pero también es cierto que un niño con hambre te recibe antes un plato de comida que un abrazo. Demasiadas veces he dicho al padre de mi hija que el amor se demuestra organizándose para tener dinero con que comprarle comida y ropa a nuestra hija. Pero está claro que con la elección de este padre para mi hija inconscientemente he buscado repetir los patrones de mi pasado. Es ahora que entiendo tanto más a mi madre.
Agradezco al universo que, al igual que mi madre, tengo un cuerpo y una mente que me han permitido "ganarme la vida" para cuidar de mi misma y de mi hija. También agradezco al universo que a diferencia de mi padre, el padre de mi hija le adora y se lo dice cada día. He logrado así romper por lo menos el patrón del padre ausente y de eso me siento orgullosa.
En respuesta a la carta de mi padre tengo lo siguiente que decir:
Padre, perdimos el contacto por la distancia, por la falta de interés por ambas partes, porque cuando me acerco parece que me quieres pedir dinero para ti o para tus otros hijos, por el ajetreo normal de la vida, etc.
Padre, tengo una hija inteligente, con una madurez emocional sorprendente, alegre, alentada, come estupendamente, habla inglés, español y catalán con fluidez y ahora estamos con clases de alemán. Quisiera que aprenda rumano, su idioma paterno. Le encanta bailar y pintar. Está repletita de amor que le dan sus padres, sus dos abuelas, sus tíos Marybel, Dirley, Karen y Kenny. He creado para ella algo que yo siempre eché a faltar: la sensación de tener una familia que le acoge y le respalda. ¡Estoy muy orgullosa de ello!
Padre, estoy muy agradecida porque tengo la oportunidad de seguir compartiendo con, y cuidando de mi nena. Superé un cáncer que me diagnosticaron en enero del año pasado. Realmente no hay nada como estar muy cerca de la muerte para librarse de cargas del pasado y ser ¡FELIZ!
Padre, en tus cartas siempre noto un tono de reproche por haberme "marchado de tu lado". ¿Sabes? Yo al universo también le agradezco que la ausencia de un padre que respondiera fue lo que animó a mi madre a buscar otros caminos y a construir nuestra vida en Miami. En Granada me hice una idea de lo que hubiese sido mi vida junto a ti y a Lucia. Mi respuesta: ¡no, gracias! Mi reacción creo que no te debe sorprender.
Padre, de mi experiencia en el rol de hija me queda claro que cada uno tiene los padres que se merece. Tu eres el padre que me merezco. El vacío que sentí por no tenerte presente en mi vida me armó de valor y energía. Gracias en parte a no tenerte he logrado ser la mujer que soy. Gracias.
Padre, Alexandra me ha preguntado más de una vez por qué ella no tiene yayos (la palabra para abuelo en catalán). Yo un día le conté que sus yayos se portaron mal y que por eso no les conoce. Mi hija, tan bella, me preguntó si acaso no recogían sus juguetes o si no les gustaba compartirlos. Le respondí que sí, que más o menos fue eso lo que pasó. Te animo a que tengas contacto con ella. Mándame un video si puedes. Yo le puedo contar quién eres. Tal vez más adelante organizar una videollamada para que sepa quien eres.
La vida es demasiado frágil y temporal para desaprovecharla.
Monday, January 24, 2022
FOC, 57
Thursday, July 15, 2021
LOS CORTICOIDES
Algunos días me levanto hinchada de la cara. Otros días "sólo" son las manos y rodillas. En general cuando hago yoga siento la zona de la barriga y espalda como un globo demasiado inflado que está a punto de estallar al mínimo contacto. No duele. Es incómodo. Siento como que alquilé una porción de mi cuerpo para una causa cuyos efectos y propósito aún no acabo de entender.
Las enfermeras me explicaron que en esta fase de mi quimioterapia cada lunes me inyectan, junto con la medicina, una bolsa de antihistamínicos y otra de cortisona. Por momentos me sigue horrorizando la idea de medicarme de una forma tan contundente y sistemática. Pero en general me he rendido ante lo inevitable y trabajo la aceptación del tratamiento.
Nuria, la profe de yoga oncológico, nos recuerda constantemente de guiar al cuerpo para que acepte los medicamentos. Estoy trabajando mi aprensión ante la medicina sintética cada día. Todos los que me conocen saben que lo que estoy viviendo ahora mismo es literalmente mi peor pesadilla hecha realidad. Siempre acudí como primera opción a la herboristería, a la acupuntura, a la medicina natural. Ahora he de enfrentarme a mis prejuicios a diario.
La vida me invita a superar el rechazo profundo que siempre sentí ante los medicamentos de síntesis química. La vida es muy generosa. Me da muchas oportunidades para aprender justo las lecciones que me tocan. Me fuerza a escuchar. A perder el control. A bajar la cabeza.
¿Hubiera deseado enfrentar mi cáncer con tratamientos alternativos? ¡Si! Pero la posibilidad muy real de que el cáncer se siguiera expandiendo por todo mi cuerpo mientras yo buscaba otras opciones recorto ese recorrido. Tuve que aceptar la solución de quimioterápica y masectomía sin reservas, sin resentimientos, sin escepticismos.
El cáncer es un renacer. Confío. Agradezco. Sé que sobreviviré. Mi cuerpo será aún más fuerte gracias a las huellas que le dejará este año de tratamientos. Este cuerpo que ya siento como un nuevo ámbito. Un cuerpo con sensaciones y formas distintas. Lo descubriré. Lo aprenderé. ¡Seguirá siendo mi fiel aliado porque habremos vivido esta prueba juntos!
Wednesday, July 14, 2021
This is one of my patterns in life:
I move to a new city, I build a life, make friends, fix up my apartment and when everything is fully set up I move away. I did this twice in Cologne, once in Washington D.C. and in New York, once in Miami, also a couple of times in Madrid and countless more within Barcelona.
I always figured it makes sense that I've moved so much as I'm continuing a moving streak from my early childhood when my mom and I moved once a year on averageto stay with family, friends, my grandparents and eventually with her new husband. After this last move she stayed put and I was sent off to embark on a new moving streak on my own.
It's like somehow I'm running away from finding out how things would turn out. It seemed easier to not get to find out whether I could get a raise, if my boyfriend would stay true or if my friends would show when I needed them. It was easier to have the excuse of having just arrived than to face up to being alone on my birthday or not being in the right job or relationship.
I'm feeling anxious now that I'm almost done decorating the apartment I bought almost five years ago. I feel afraid that my pattern of abandoning the site of my life will continue despite my not being an aware and active part of continuing on this path.
I'm working on enjoying my space as I'm in it. I'm working on breaking the pattern by recognizing and writing about this fear. My wish is to stay. But I don't wish to become overattached to a place. What a difficult balance. It's not a lesson to be learned on a given day. It's a lesson I hope to learn as things come my way.
Tuesday, June 29, 2021
BIG PROBLEMS, Medium Problems, small problems
In the past whenever I've faced a difficult challenge I've often said to
myself, "come on Albasarí, this is peanuts, it's not like I have cancer or
something really bad like that."
Now that I actually have cancer I've had the
opportunity to reflect on the due magnitude of the different types of problems
I face in my day to day. While it is true that having cancer is indeed a big
problem, this doesn't mean that it somehow wins the prize for top problem and
is therefore most worthy of energy or empathy above all other challenges.
When I ask my dear friends how they are doing they start
off by telling me about their broken hearts, leaky faucets, rowdy children,
toxic work colleagues, etc. and then inevitably they freeze in place and say
something like: "but I know this is nothing compared to having
cancer". They seem sorry for taking our time up with what they catalogue
to be as small or even medium problems.
I want to comfort my lovely friends and provide the space for
us to talk about all types of troubles without having to categorize or compare them.
Talking and sharing = empathy and understanding. For me sharing in each other's problems is about
meeting each other where we happen to be at, at that moment.
Different
stages in life call for different types of problems. When I’m in an office
environment I too give myself license to resent my boss’s mansplaining or the
ill-intentioned e-mail from the colleague I can see typing from across the open
space who coulda just walked over to talk instead of writing me ccing half the
company. Right then and there I would consider these to be medium problems.
While it’s true that some degree of perspective is called for so that we don’t obsess
or dedicate excessive time to being annoyed at such situations it’s OK to
express anger or frustration over situations which suck.
The other day I had a bug day. I'm referring to actual living, physical
bugs. First it was a mega fly. Bigger than a stuffed olive. Me and my
daughter chased it around the house with cushions in our hands trying to steer
it towards the open window or balcony. We were preoccupied with the fly for
hours as we knew it was imperative to get it out of the house before going to
bed so as to prevent it from waking us up the next morning at sunrise. This was
a small problem, but it turned into a really big one around 8 PM on Saturday evening.
The even bigger problem was a tiger mosquito we identified shortly after finally getting rid of the goddammed fly. The tiger mosquito is no small problem. In fact, right then I felt like it was a medium problem that could turn into a big one. We silently watched and chased and hunted and jumped and toppled the lamp until finally I was able to smash it into my newly painted wall. When I saw the blood splatter turn into a streak thanks to my lack of craftiness I almost cried. Right then and there this felt like a big problem. And I don’t feel guilty about thinking this at that moment!
This is some water damage in my bathroom. Yes, this is a small problem in the grand scheme of things. Still it requires attention and energy: call the insurance company, buy the baseboard wood, make an appointment with the carpenter, wait for him to show up, etc. Not the end of the world. But I don't feel petty for wishing it hadn't happened so I wouldn't have to deal with it.
I won't even feel petty for being annoyed if the carpenter shows up an hour late. And yes, the cancer gives me some perspective: I'm better able to love the carpenter for existing, I feel grateful for having an appartment, and I take the wait time as an opportunity to organize my drawers.
Still, the energy and focus must be employed to fix the damage and it's normal to process this inconvenience however we each see fit and are able to in the moment!